A menudo se utilizan ovejas en la gestión y conservación del paisaje; por ejemplo, en la preservación de la estructura abierta de los paisajes rurales tradicionales y los hábitats. No obstante, el ganado ovino también se puede emplear en la gestión comercial actual de los bosques. En el manejo forestal, la mayoría de masas necesitan cuidados como los desbroces o las claras pre-comerciales o clareos, tras 10 y 20 años desde su establecimiento. Aunque estas operaciones no suelen proporcionar ningún beneficio económico al propietario, sí mejoran las condiciones futuras de crecimiento del resto de árboles. Sin embargo, estas acciones de desbroce tempano a veces se terminan descuidando, debido a su elevado coste y a que los beneficios tardan muchos años en ser visibles. El pastoreo con ganado ovino no sólo puede ahorrar los costes de desbroce, también proporciona muchos otros beneficios. Las ovejas pueden alimentarse con abetos o plántulas de pino bastante jóvenes, así como en masas forestales mixtas. Así, con este sistema, el agricultor o propietario de un bosque puede dedicar menos tiempo al cuidado de las masas forestales jóvenes y retrasar el clareo.
Las ovejas son gestoras forestales por naturaleza, ya que les gusta comer sauce, serbal, álamo y aliso, especies arbóreas que se suelen eliminar durante el cuidado y el desbroce de las masas forestales. Debido a sus estrategias particulares de alimentación (por ejemplo, Castro y Fernández-Núñez 2016), cuando se mantiene un ritmo de pastoreo adecuado, las ovejas dejarán intactos en gran medida los árboles forestales comercialmente más valiosos, como el pino o el abeto. La carga ganadera adecuada difiere según el tipo de pasto y oscila entre 0,2 y 4 ovejas por hectárea. (Ej. silvopastoreo: 0.2-1 ovejas ha-1, pasto arbolado: 1.5-2.5 ovejas ha-1, pasto costero: 2-4 ovejas ha-1, pasto de heno: 1.5-2 ovejas ha-1, pasto de diente: 2-2.5 ovejas ha-1) (Syörinki 2007). Con una carga ganadera demasiado alta (ej: 7 – 10 ovejas ha-1) (Anderson et al. 1985), es posible que las ovejas empiecen a comer pinos y abedules (hojas, aciculas y corteza), pero con una carga ganadera adecuada, y siempre que haya suficiente hierba y hojas de especies caducifolias disponibles dejarán en paz a los pinos y abetos. Las ovejas sí que pueden comer abedul, pero en Finlandia, en la mayoría de los casos, esta especie se regenera en abundancia, por lo que al menos en los bosques más productivos no deberían causar problemas. Pero, por supuesto, depende del lugar, y siempre que se practique el pastoreo en el bosque hay que supervisarlo para asegurarse de que haya suficiente regeneración natural. Lo mismo sucede en otros sistemas silvopastorales, como en las extensiones de montado y dehesa en el sur de Europa, cubiertos principalmente por especies de alcornoques y encinas. En estos sistemas, la literatura científica reciente muestra que limitar la cantidad de ganado a 0,40 unidades de ganado mayor por hectárea (Arosa et al. 2017) y promover un período de descanso de 5 años aumenta la diversidad de arbustos y la regeneración y el establecimiento de los árboles (Listopad et al. 2018), aspectos cruciales para mantener poblaciones de roble sostenibles.
No existen muchos estudios que asesoren sobre las cargas ganaderas más apropiadas, que también dependen de la productividad de cada sitio forestal. Sin embargo, numerosos estudios de todo el mundo documentan esta práctica (Ministry of Forests of British Columbia 2000, Salmon et al. 2007, Hjelford et al. 2014).
Bosque de abedul pastoreado por ovejas. Las ovejas consumen la mayoría de los árboles y arbustos caducifolios jóvenes en regeneración, lo que ahorra costes en las operaciones de clareo y crea más espacio para que crezcan los abedules más grandes Autor: Michael den Herder
Bosque de abetos jóvenes pastoreados por ovejas. Autor: Michael den Herder
Por lo general, las ovejas no suelen tocar los abetos, pero es posible que lo hagan si la carga ganadera es demasiado elevada. Debido a la poca preferencia de alimentación con base en abeto de las ovejas, se puede aplicar este sistema de pastoreo incluso en masas forestales muy jóvenes en regeneración. Así, el agricultor ahorra dinero en el cuidado de los bosques y en los clareos. Los árboles cosechados durante el proceso de desbroce se suelen dejar en el bosque para mantener los niveles de nutrientes del sitio. El pastoreo puede tener impactos similares a los del raleo pre-comercial, pero es una forma más natural de gestionar el bosque. Las ovejas se alimentan de plántulas y plantones de árboles de hoja caduca y, de esta manera, reproducen el desbroce natural del bosque. Así, el pastoreo reduce la competencia entre los árboles y tiene un impacto positivo en el ciclo de los nutrientes, lo que es beneficioso para el crecimiento de los árboles restantes.
Además, existen otros factores que influyen en la regeneración de los árboles. Investigaciones previas han demostrado que el pastoreo ligero o intermedio puede reducir la proliferación de topos (den Herder et al. 2016, Schieltz & Rubenstein 2016), beneficioso para la regeneración de los árboles, ya que las poblaciones de topos en grandes cantidades son capaces de eliminar la totalidad de la producción anual de semillas arbóreas. Sin embargo, una densidad de pastoreo demasiado alta, además de dificultar la regeneración arbórea, podría tener un impacto negativo en las aves rapaces al acabar por completo con las poblaciones de topos.
Otra de las ventajas de este sistema es que proporciona sombra a las ovejas en los días calurosos. Se espera que, en un futuro próximo, los períodos cálidos sean más frecuentes incluso en el norte de Europa, por lo que es importante que los animales tengan acceso a la sombra. Asimismo, en la mayoría de los casos no se necesita alimentación suplementaria. Por ejemplo, en Finlandia, Otto Makkonen, un ganadero de ovejas de Savonranta, no tuvo que comprar ningún alimento adicional para las ovejas ni siquiera en un verano extremadamente seco, ya que había abundante forraje natural disponible. Debido a la sequía estival, la temporada de pastoreo terminó a mediados de septiembre es decir, dos semanas antes que en años anteriores. Por tanto, el sistema parece bastante resiliente a los impactos del cambio climático lo que provocó que el granjero Otto Makkonen no experimentase problemas graves a la hora de alimentar su rebaño, pesar de la excepcional sequía.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo aprovechar el pastoreo ovino en la gestión del paisaje y de los bosques, pero hay más. En el sur de Europa y en zonas secas de los Estados Unidos, las ovejas y cabras contribuyen a controlar la vegetación propensa a los incendios en los cortafuegos. Debido al cambio climático, los incendios forestales son una amenaza cada vez mayor, tanto en esta región como en el norte de Europa. En Finlandia, el ganado ovino ya se utiliza para controlar la vegetación bajo los cables de corriente eléctrica, un servicio por el que los agricultores pueden recibir una compensación. Otra forma eficaz de utilizar el ganado ovino en la gestión del paisaje es el pastoreo en las pistas de esquí, por ejemplo, como se practica en la estación de esquí de Tahkovuori, en el sur de Finlandia. Las pistas de esquí son muy difíciles de gestionar, porque es complicado trabajar con máquinas pesadas en pendientes pronunciadas y, además, este tipo de operaciones crea un grave riesgo de erosión. Las ovejas son muy eficientes en las pistas de esquí: las gestionan de una forma más natural, crean condiciones de trabajo mucho más seguras, fomentan oportunidades para la recreación y la producción sostenible de carne y contribuyen a crear paisajes más escénicos.
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